- ¿Cuántos bloques negociadores de la región hay en el marco de la COP 20?
- En la región hay países miembros de por lo menos siete bloques negociadores relevantes en las negociaciones de la ONU sobre cambio climático, de unos nueve o diez en total. Es decir, históricamente América Latina no ha concertado posiciones o estrategias en el contexto de las negociaciones. Casi todos los países de la región (con excepción de Chile y México) forman parte del Grupo de 77 y China, que reúne a la mayoría de países en vías de desarrollo en las negociaciones de la ONU. Por otro lado, la mayor parte de países isleños del Caribe forman parte de los pequeños países islas en vías de desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés); Haití es el único país miembro del grupo de Países Menos Avanzados (PMA); el grupo de integridad medioambiental incluye a México (además de Suiza y a República de Corea); Venezuela y Ecuador son miembros de OPEP; Brasil forma parte del grupo BASIC (con China, India, y Sudáfrica), y; Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá, y Perú conforman la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (AILAC). Las diferencias, en términos de disponibilidad de recursos naturales, grados de vulnerabilidad a los impactos del cambio climático y orientaciones políticas, siguen marcando brechas importantes a la hora de definir los intereses de los diferentes países de la región.
- En este escenario disperso, ¿hay señales de cambio hacia una mayor convergencia de propuestas en la región?
- Hay señales importantes, entre ellas un giro con el reciente acuerdo entre países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que define principios de una posición conjunta, enfatizando la importancia primordial del tema de la adaptación, comparado con temas de reducción de contaminación de carbono. Además, solidariza al bloque con las posiciones de los países isleños. Es difícil pensar que la región pueda llevar una posición concertada en la COP20, pero es cada vez más evidente que los diversos países de la región tienen intereses comunes que justificarían un mayor alineamiento estratégico. No es tarde pensar en esta posibilidad de cara a la COP21 en París.
- ¿Cuáles son tus expectativas sobre el borrador de acuerdo que debe definirse en esta COP 20 para ser aprobado en París 2015?
- En general, un acuerdo de mínimos parecer ser lo máximo que los países con mayor poder, riqueza, y/o responsabilidad por las emisiones históricas y actuales están dispuestos a apoyar. Lo único que cambiaría ese resultado de manera significativa, a lo largo del año que queda antes de la COP21 en París, es una manifestación masiva, de la ciudadanía en el mundo, de apoyo a un futuro muy diferente. El acuerdo tiene una importancia transcendental para la humanidad. Queda cada menos tiempo para preservar un clima habitable para nosotros y los demás seres vivos del planeta, y cada vez queda más claro que no hay alternativa a un futuro diferente. La pregunta es si queremos actuar ya para acelerar una transición hacia un mundo mejor. El último informe del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) es definitivo en su mensaje que ese mundo nos costará menos que seguir con las tendencias actuales, que no tienen futuro, o si queremos seguir haciendo la vista gorda a la intransigencia de nuestros gobiernos frente a lo que es una crisis insólita para la humanidad.
- ¿Cómo llegan los principales países emisores? ¿Ve avances en sus posiciones?
- China, EE.UU. y la Unión Europea ya han puesto cartas sobre la mesa con sus metas respectivas propuestas en las últimas semanas. Esto ayuda mucho porque deja claro que están dispuestos a negociar y lo están tomando en serio. La voluntad de China y EE.UU. de superar esa barrera psicológica de 'quién actúa primero' es fundamental. Sin embargo, las propuestas sumadas de los principales emisores son insuficientes para evitar cruzar el umbral de niveles realmente catastróficos de cambio climático y por tanto hay que avanzar mucho más. Falta ver también cómo reaccionan los países en vías de desarrollo, que tienen la posibilidad de retar aún más a los principales emisores. América Latina, en particular, está en condiciones de jugar un rol protagónico, si lo quisiera.
- ¿Cuáles son los aspectos clave para la región, que deberían abordarse y fijarse en estas negociaciones?
- Los países de la región tienen que decidir si quieren trabajar para un futuro libre de contaminación de carbono o no. Mientras no lo hagan, seguirán con una tremenda incoherencia interna que no es fácil combinar con una estrategia efectiva en estas negociaciones. Si somos consecuentes con las exigencias de un futuro 100% libre del riesgo de un cambio climático desenfrenado, ello implica dejar más del 80% de las reservas probadas de combustibles fósiles bajo tierra. Y eso a su vez implica un giro radical para los modelos de desarrollo extractivistas de la región. Este aspecto debe abordarse primero que todo en debates públicos a nivel nacional en todos los países de la región. Sin ese paso será imposible fijar una ruta exitosa a nivel de las negociaciones internacionales. Mientras tanto, deberían insistir en una evaluación transparente de todas las metas que proponen los diferentes países en los próximos meses, pues una evaluación fundamentada en los principios acordados en la Convención favorecería a América Latina, dándole grandes oportunidades para girar hacia un modelo de desarrollo sostenible basado en energías 100% limpias.
- ¿Cómo observas el financiamiento global para el cambio climático y las actuales políticas de adaptación?
- La adaptación es un tema clave y tiene una dimensión doméstica importante, pues pocos países de la región tienen estrategias y planes nacionales adecuados. En relación con las negociaciones, será imprescindible asegurar un eje de negociación sobre flujos de financiamiento adecuados, predecibles y adicionales para apoyar los esfuerzos urgentes de gestión de riesgo a nivel local en toda la región.
- Se habla mucho del movimiento ciudadano para transformar patrones de consumo y exigir cambios, ante la inercia de algunos países emisores que no ceden en sus posiciones…
- La movilización ciudadana es fundamental. Sin ella no veo muchas posibilidades de cambio por parte de los gobiernos. Lo importante es que nuestras acciones no se queden solo en patrones y hábitos personales o individuales (por muy importante que sean). Para aportar su granito de arena, cada movimiento tiene que incluir demandas políticas en su agenda, además de medidas prácticas en lo económico y social.
- Desde su experiencia y participación en diferentes COP y los resultados observados, ¿no considera que este marco se está agotando como espacio de negociación global sobre cambio climático?
Ninguna negociación tiene sentido si las partes involucradas no quieren lograr un resultado. Más que agotadas, siento que las negociaciones reales aún no han comenzado porque no existe una masa crítica de países que realmente quieran llegar a resultados. Y eso se debe a una falta de presión interna por parte de nosotros los ciudadanos, y la sociedad civil organizada. En vez de agotarnos esperando y mirando hacia unas negociaciones internacionales que parecen seguir sin fin, debemos enfocarnos en metas más concretas (y por tanto a veces aún más difíciles) en nuestro entorno local y nacional. Tarde o temprano los países tendrán que acordar un marco internacional para gobernar el conjunto de sus acciones, pero esas acciones y las condiciones políticas que las sostienen, arrancan desde lo local. Si no ves posibilidades de lograr un giro radical en tu entorno local y/o nacional te agotarás muy rápido esperándolo en un contexto tan complejo como el de la COP.
*La foto de portada es de Percy Ramírez/Oxfam.
Publicado: 2014-12-01
Antonio Hill, director de la organización Llamado Global por Acción Climática (GCCA, por sus siglas en inglés), sostiene que si somos consecuentes con las exigencias de un futuro libre del riesgo de un cambio climático desenfrenado, más del 80% de las reservas probadas de combustibles fósiles deberían quedar bajo tierra. Asimismo, señala que la movilización ciudadana es fundamental para los cambios necesarios.
Escrito por
Cecilia Niezen
Periodista interesada en temas económicos, sociales y ambientales. Espacio para compartir información e ideas. @cniezen