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"La principal limitación del sector salud no es de infraestructura, es de recursos humanos calificados"

Entrevista a Margarita Petrera, consultora en temas de salud.

Publicado: 2015-08-06
Margarita Petrera es economista y doctora en Salud Pública. Ha sido funcionaria de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud en Perú, así como consultora en varios países de América Latina. En esta entrevista habla sobre los diferentes problemas que enfrenta nuestro precario sistema de salud.

¿Por qué, pese al crecimiento económico del país registrado en los últimos años y una mayor inversión en el sector salud, tenemos un sistema donde la gente sigue literalmente muriendo por falta de atención médica o recibiendo una atención precaria?

El gasto en inversión pública del Ministerio de Salud en las regiones se ha elevado significativamente en los últimos años. No obstante, temo que parte de la inversión que se anuncia no representa necesariamente nuevos o remodelados establecimientos funcionando con personal idóneo. El ciclo de inversión pública es muy lento y son bastante conocidos los casos de hospitales construidos que han tardado mucho en funcionar, así como de otros que inician su funcionamiento de modo muy limitado por la notable escasez de recursos humanos de salud especializados.


En su discurso, el presidente Humala abordó la reforma en el sector salud y señaló que su gobierno había invertido 75% más desde el 2011. Sin embargo, no se perciben impactos positivos. ¿Cuál es su opinión sobre esta reforma?
Toda reforma es un proceso de largo plazo que requiere de varios gobiernos para poder calificarla de positiva, negativa o insuficiente. Por ejemplo, el Seguro Integral de Salud (SIS) es una política pública que se ha desarrollado a lo largo de los últimos cuatro gobiernos y, por ello, tiene más posibilidades de consolidarse como una política de Estado en el marco del Aseguramiento Universal en Salud . En términos legales, si bien se han dado avances importantes, pues la salud es en un derecho universal, siguen existiendo fuertes restricciones por el lado de la oferta sanitaria que limitan el cumplimiento de ese derecho.
¿Cuáles serían las principales restricciones?
Primero, el Ministerio de Salud no cuenta con suficientes establecimientos de salud, hay hospitales subutilizados, entre otras razones por falta de médicos especializados, así como problemas de gestión pública en un contexto descentralizado. En el caso del SIS, si bien hay un incremento de la población asegurada, la restricción de la oferta impulsa que no todos los afiliados que presentan problemas de salud puedan ser atendidos. Por otro lado, se espera que el primer nivel de atención, que son los puestos y centros de salud, sea totalmente reestructurado para poder atender a una población adulta. La escasez de recursos humanos no es solo de médicos especialistas, hay por ejemplo una considerable escasez de ingenieros y arquitectos especializados en la construcción de hospitales.
¿Cómo impacta esta falta de ingenieros hospitalarios y por qué sucede?
Impacta principalmente en la efectividad de la edificación de los hospitales. Por ello, se presentan demoras en la construcción y habilitación de la infraestructura hospitalaria. Un ejemplo es el Instituto Nacional del Niño, cuya infraestructura ha sufrido varios cambios internos antes de estar lista para operar, ello sin contar con la falta de médicos pediatras especializados. Por eso, no trabaja aún al 100% de su capacidad, a pesar de que existe una demanda importante que lo requiere.
Uno de los indicadores de avances en salud puede medirse a través de la reducción de los gastos de bolsillo, pero parece ocurrir lo contrario, de acuerdo con las quejas en atenciones en salud de los servicios público y privado. ¿Hay evidencia al respecto?

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), hecha por el INEI, el financiamiento o gasto de los hogares en salud creció en 113,7% entre el 2004 y 2012. Este gasto estuvo conformado principalmente por el gasto de bolsillo. Durante el periodo 2004-2012, el pago directo o de bolsillo que realizan los hogares en el sector privado muestra un incremento, en detrimento del gasto de bolsillo dentro de prestadores públicos. Así, en clínicas y consultorios privados, el gasto directo de los hogares se incrementó de 55,1% a 61,7% en ese periodo. La compra directa en farmacias y boticas tuvo una tendencia creciente también. Es importante señalar que, a partir del año 2013, el gasto global de los hogares en salud muestra una ligera disminución como porcentaje del gasto total de los hogares; estudios posteriores deben confirmar o no esta tendencia.


En su discurso, el presidente Humala afirmó que se culminaron en los últimos años 130 establecimientos de salud, de los cuales 91 son nuevos y 39 han sido remodelados y/o ampliados. Las largas esperas para las citas continúan en los hospitales públicos y no parece mejorar la calidad de las atenciones. ¿Qué sucede?
La principal limitación en el sector salud no es solo de infraestructura (hospitales y equipamiento), sino fundamentalmente de recursos humanos especializados. Un punto por añadir es que la capacidad resolutiva de los médicos egresados no es homogénea entre ellos, pues la calidad de las universidades es un punto que debe ser una preocupación seria. A ello hay que añadir el crecimiento y envejecimiento de la población, para deducir que la demanda, y por ende presión sobre los establecimientos de salud, ha crecido significativamente.
En la práctica, ¿cuánta gente no tiene acceso a salud en el país?
En teoría, todos los peruanos deberían tenerlo, pues existe el derecho universal a la salud, así como la ley de emergencias. Sin embargo, en la práctica, los que están lejos de las ciudades y en poblaciones dispersas carecen de acceso, muy de vez en cuando les llegan brigadas sanitarias. Muchas de estas personas en condición de pobreza y extrema pobreza, pese a tener seguro SIS, no pueden pagar los costos de transporte y a veces de estadía en ciudades o distritos para atenderse. Existen también personas que, por razones culturales, de desconfianza o malas experiencias, prefieren abstenerse de efectuar una consulta. Otros, al tener enfermedades complejas, enfrentan una oferta sanitaria más restringida que no puede darles solución, pues no tienen el dinero para adquirir los medicamentos o servicios que el seguro no les cubre, o simplemente el establecimiento no cuenta con el recurso humano especializado o con el equipo adecuado. En diferentes casos, no todos los asegurados pueden acceder a su derecho a la atención de su salud. Según la Enaho, entre los años 2004 y 2012 ha aumentado el número de afiliados al SIS de 4,1 a 9,7 millones de personas, lo cual expresa un importante paso en el logro del derecho de atención. No obstante, este incremento ha sido de tal magnitud que la oferta sanitaria no puede cubrirla. En la práctica, si bien ha aumentado el número de afiliados que logran acceder a la atención que ofrece el SIS, en términos de porcentajes, este disminuyó del 56% al 37%. Por otro lado, se incrementó el porcentaje de quienes recurren a farmacias o boticas como instancia de consulta.
Con respecto al sector privado, la jefa de Susalud, ente rector del sector, declaró al portal periodístico Ojo Público que existe el libre mercado en salud. 
Me temo que fue una declaración sin reflexión. Susalud está haciendo esfuerzos, pero estos son muy débiles aún.
Humala ha dicho que el camino a la cobertura oncológica universal representa otro hito histórico y que, con el Plan Esperanza, la cobertura oncológica gratuita se incrementó de 17,2% a 64,31% en los últimos cuatro años. ¿Es creíble esta cifra?

Es posible que se refiera a las normas legales, pero me temo que no se cuenta con infraestructura ni con recursos humanos para hacer realidad esas cifras.  


(Foto cabecera: Andina)

Escrito por

Cecilia Niezen

Periodista interesada en temas económicos, sociales y ambientales. Espacio para compartir información e ideas. @cniezen


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