REFLEXIONES SOBRE MI SELECCIÓN
Algunos apuntes del partido Perú - Brasil, como hincha y exfutbolista (sí, jugué fútbol). No vale picarse. Son mis opiniones.
1. El excesivo ambiente de triunfalismo cada vez que Perú gana, empata, o incluso cuando pierde un partido, es dañino para la selección y para los jugadores que vienen. Creo que nos quedamos soñando con el 4 - 1 de visita en Paraguay.
2. Este equipo es bueno. Creo que Gareca está haciendo un buen trabajo. Sin embargo, les falta mucho. Un patrón de la historia del fútbol peruano es que nos metan gol durante los primeros segundos o los últimos. Al trabajo deportivo, creo, le falta uno emocional y psicológico bastante fuerte.
3. Para la prensa deportiva: por favor, no hagamos de estos chicos unos héroes. No lo son. No han ido a un mundial. Su chamba es jugar fútbol. Si lo hacen con pasión, pues bien. No sigan persiguiendo a Cueva, a Yotún, a Corzo, para saber cómo eran de niños, cuál es su plato de comida preferido, qué dicen sus amigos de barrio de ellos... que se concentren. Déjenlos. Están en un proceso. Aún no han ganado nada. Recuerden lo que pasó hace años con la sub-17, conocidos como los "jotitas".
4. Ayer perdimos 2 - 0 en calidad de local ante un grande como Brasil. Perdimos. Jugamos bien pero perdimos. ¿No les suena a una frase que hemos repetido por años de años? Hace más de 35 años que no vamos a un mundial. Decir que Perú juega bonito y dio todo en la cancha es mediocre. Ayer escuché a una periodista en un canal de TV de señal abierta decir: perdimos 2 - 0 pero estamos satisfechos. ¿Satisfechos? Una cosa es reconocer que hay material en este equipo y garra. Otra muy diferente es decir que una derrota nos satisface, especialmente cuando ya estamos casi fuera del mundial.
5. Ayer no jugamos un amistoso. Jugamos un partido de clasificatorias para el mundial. No se trata de empatar o demostrar el buen juego. Sentirse decepcionado por la derrota es como raro. Resulta que la mayoría está entusiasmada. Bravo por eso, pero no entiendo. Los partidos suman o restan. Este no sumó ni un punto.
6. Una prensa mermelera (no toda) mantuvo al innombrable Burga por años. Este señor le hizo mucho daño al fútbol peruano. Hubo periodistas que lo defendían, incluso. Sabemos los resultados y consecuencias para el fútbol. Exijamos también como hinchas, un periodismo serio y objetivo, dirigencias transparentes y no argolleras. Eso, creo, se logra yendo un poco más allá del resultado de un partido. Y aquí la prensa tiene un rol clave no solo para narrar el partido y decir: Perú jugó bonito... El Estadio está lleno.. La pelota empezó a rodar.. Hay que investigar partidas presupuestales, cómo se gasta o se invierte el dinero de los peruanos en divisiones de menores, por ejemplo, entre otros tems.
7. Hace poco Vargas Llosa escribió sobre "el ciudadano rabioso" o Wutburger, término que acuño un periodista alemán. Bueno, resulta que un ciudadano rabioso, o sin exagerar, indignado, puede generar cambios positivos si es que esa indignación se canaliza adecuadamente. No se trata de criticar por criticar o indignarnos y salir a protestar contra la selección. No, pero creo que como hinchada podemos ser más críticos si queremos realmente cambios. Ya sabemos el resultado de la suma: prensa benevolente, hinchada que aplaude derrotas, dirigencia que no se plantea cambios de verdad desde las ligas de menores (las conozco porque mi hijo jugó varios años de niño).
8. Ojalá se quede Ricardo Gareca. El trabajo que se tiene que hacer es de mediano y largo plazo. Ojalá no se impongan las argollas. Y ojalá siga apostando por los mejores jugadores que vea y no por los dioses que la prensa pintó y creó por mucho tiempo.
9. Si de cuestiones económicas se trata, pues me pregunto cómo Ecuador, un país cuya economía no es más sólida que la peruana, está haciendo un mejor trabajo deportivo y va a mundiales. ¿Presupuesto? ¿Mayor seriedad? ¿Trabajo desde las ligas de menores que redunda en mejores jugadores? Para reflexionar.
10. Extraño a César Cueto. Quiero ver a mi selección en un mundial. Sin embargo, debo reconocer, en frío, que en esta selección hay chicos (no tan jóvenes como dice la prensa porque están ya entre 24 y 30 años) que son muy buenos jugadores.